Amor líquido: Zygmunt Bauman
Zygmunt Bauman (1925- ) escritor polaco, sociólogo, filósofo y ensayista. Su trabajo esta dirigido a asuntos de clases sociales, al holocausto, a la hermenéutica, a la modernidad, posmoderniad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza. Desarrollando el concepto de "modernidad líquida". Premios príncipe de Asturias de comunicación y humanidades, premio Theodor W. Adorno, Frakfurt (Alemania) y premio Amalfi de sociología y ciencias sociales (Italia).
Obras: Ética posmoderna: sociología y política, Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil, Múltiples culturas una sola humanidad, Ceguera moral. La pérdida de la sensibilidad en la modernidad líquida, Amor líquido, entre otros.
Amor Líquido
Enamorarse y desenamorarse
La naturaleza del amor -implica tal como lo observó Lucano dos milenos atrás y lo repitió Francis Bacon muchos siglos más tarde -ser un rehén del destino.
En el Simposio de Platón , Diótima de Mantinea le señaló a Sócrates, con el asentimiento absoluto de éste, que "el amor no se dirige a lo bello, como crees", "sino a concebir y nacer en lo bello". Amar es desear "concebir, procrear" y por eso el amante "busca y se esfuerza por encontrar la cosa bella en la cual pueda concebir". En otras palabras, el amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas. El amor esta muy cercano a la trascendencia; es tan solo otro nombre del impulso creativo y, por lo tanto, esta cargado de riesgos, ya que toda creación ignora cuál será su producto final.
En todo amor hay por lo menos dos seres, y cada uno de ellos es la gran incógnita de la educación del otro. Eso es lo que hace que el amor sea un capricho del destino, a la más sublime de las condiciones humanas, en el que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino, significa en ultima instancia, dar libertad al ser: esa libertad que esta encarnada en el Otro, el compañero, en el amor. Como lo expresa Erich Fromm en El arte de Amar "en el amor individual no se encuentra satisfacción [...] sin verdadera humildad, coraje, fe y disciplina" y luego agrega inmediatamente, con tristeza, que en "una cultura en que esas cualidades son raras, la conquista de la capacidad de amar será necesariamente un raro logro".
Y lo mismo ocurre en una cultura de consumo como la nuestra, partidaria de los productos listos para uso inmediato, las soluciones rápidas, la satisfacción instantánea, los resultados que no requieran esfuerzos prolongados, las recetas infalibles, los seguros contra todo riesgo y las garantías de la devolución del dinero. La promesa de aprender el arte de amar es la promesa (falsa, engañosa, inspiradora del profundo deseo de que resulte verdadera) de lograr "experiencia en el amor" como si se tratara de cualquier otra mercancía. Seduce y atrae con su ostentación con estas características, porque supone deseo sin espera, esfuerzo sin sudor y resultados sin esfuerzo.
Sin humildad y coraje no hay amor. Se requieren enormes cualidades en cantidades enormes y constantemente renovadas, cada vez que uno entra en territorio inexplorado y sin mapas, y cuando se produce el amor entre dos o más seres humanos, éstos se internan inevitablemente en un terreno desconocido.
Eros tal como lo afirma Levinas en su texto el Tiempo y el Otro, es diferente de la posesión y del poder; no es una batalla ni una fusión, y tampoco es conocimiento.
Eros es "una relación con la alteridad, con el misterio, es decir, con el futuro, con lo que está ausente del mundo que contiene todo lo que es ...". "El pathos del amor consiste en la insuperable dualidad de los seres". Los intentos de superar esa dualidad, de domesticar lo díscolo y domeñar lo que no tiene freno, de hacer previsible lo incognoscible y de encadenar lo errante son la sentencia de muerte del amor. Eros no sobrevive a la dualidad. En lo que al amor se refiere, la posesión, el poder, la fusión y el desencanto son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
En ese punto radica la maravillosa fragilidad del amor, junto con su endemoniada negativa a soportar esa vulnerabilidad con ligereza.
Todo amor se debate por concretarse, pero en el momento del triunfo se topa con su derrota última. Todo amor lucha por sepultar las fuente de su precariedad e incertidumbre, pero si lo consigue, pronto empieza a marchitarse, y desaparece. Eros esta poseído por el espectro de Tánatos , que ningún hechizo mágico puede exorcizar. No es que Eros sea precoz, y ninguna dimensión ni intensidad de educación y de métodos de aprendizaje conseguirán liberarlo de su patológica tendencia suicida.
El desafío, la atracción , la seducción que ejerce el Otro, vuelve toda distancia, por reducida y minúscula que sea, intolerablemente grande. La brecha se siente como un precipicio. La fusión y la dominación parecen ser los únicos remedios para el tormento resultante. Y solo hay una delgadisíma frontera, que muy fácilmente puede puede pasarse por alto, entre una caricia suave y tierna y una mano de hierro que aplasta. Eros no puede ser fiel a si mismo sin practicar la caricia, pero no puede practicarla sin correr el riesgo del dominio, Eros impulsa a las manos a tocarse, pero las manos que acarician también pueden oprimir y aplastar (2003. p. 21-23).
- Bauman, Z. (2003) Amor líquido. Buenos Aires,Argentina: Fondo de Cultura Económica.
El amor puede ser entendido como virtud, afecto y bondad del ser humano. Además, se encuentra relacionado con una serie de actitudes, sentimientos y experiencias ¿Por qué en la actualidad este se toma como sinónimo de consumo y liquidez ? y ¿Por qué a través de la historia este a predominado bajo la forma de poder y posesión?
¿ Qué opinas al respecto?