viernes, 30 de septiembre de 2016

La especie humana

Robert Antelme    (1917-1990)  escritor francés y mienbreo de la Resitencia francesa. Antelme fue deportado a los campos de concentración de Dachau y Buchenwald.

Obra: L'Espèce humaine (La especie humana)













La profesora de lenguas extranjeras, modernas y traductora literaria Laura Masello de la universidad de Magallanes. Considera que, el libro La especie humana de Robert Antelme, nos ayuda a pensar la experiencia de la tortura. Además, se apoya en su maestro Bleger el cual decía que hay libros para leer y otros para pensar y que ante el horror de la Segunda Guerra Mundial solo hay dos alternativas o un cierto grado de lucidez dolorosa o dolorida o el buen talante de la prescindente estupidez.

La especie humana  trata sobre la segunda Guerra Mundial en un campo de concentración nazi, su tema central es lo humano a un sistema industrial, para la producción de la muerte, en la agonía y la adyección. Marsello indica que La especie humana, merece su título en la expansión industrial y dolorosa que define al siglo en que vivimos, la "industria de la muerte" y el "campo" como la fábrica que la significa y la organiza en su eficiencia burocratica, son paradigmáticos, de la mentalidad de esa época, de cómo se constituye la subjetividad en relación al sistema de poder (Cfr. Masello, 1996, p. 9)






En su escrito Antelme narra la degradación que vivió en el campo:  

Me he quitado la chaqueta y la camisa. Hace frío. Miro mis brazos, están muy delgados, están manchados de sangre. También la camisa está salpicada de sangre negra. La vuelvo del revés; largos regueros de piojos estrían el tejido. Aplasto. Los brazos se agotan a fuerza de permanecer así para despachurrar; la uñas están rojas. De vez en cuando me paro me paro y miro la camisa: caminan despacio, tranquilos. Racimos grasientos de liendres bordean las costuras. Un ruido blando entre las uñas. Encarnizamiento de las manos que tratan de ir de prisa. No levanto los ojos. Casi todo el mundo aplasta. Echamos una bronca a un tipo que se pone delante de la puerta y tapa la luz del día. Siento deseos de tirar la camisa. Pero tendría que tirarlo todo, las mantas también, quedarme desnudo. Estoy desbordado. Todavía hay piojos andando por la camisa. Hay que volver a tomar carretilla. La paciencia ya no basta. Hay que tener fuerza para mantener los brazos doblados y aplastar. Ataco de nuevo. Los hay marrones, grises, blancos saciados de sangre. Me han absorbido. Uno puede ser derrotado por los piojos. Los brazos ya no tienen fuerza para aplastar. Ese simple movimiento repetido los agota. Con gusto abandonaría la camisa y me dejaría caer hacia atrás. Los cadáveres de los piojos me quedan pegados al tejido.  Eso es lo que voy a volver a echarme sobre la espalda. Mi pecho está completamente lleno de picaduras. Las costillas sobresalen. En la cabeza también tengo piojos. En este momento se pasean por mi cuello. La gorra está llena. He vuelto a ponerme la camisa. Ahora me quito los pantalones y los calzoncillos; en la entrepierna, los calzoncillos están negros. Es imposible matarlos a todos. Los enrollo y los tiro por la puerta del vagón. Me quedo cerca de la puerta, con los muslos al aire; son violetas, granulosos, ya no tienen forma; las rodillas son enormes como la de los caballos. Alrededor del sexo estoy plagado. Están colgados del vello. Me los arranco. Soy un nido, su calor, les pertenezco (2001, pp. 270-271).

- Antelme, R. (2001). La especie humana. (T. Richelet trad.). Madrid, España: Arena Libros. 
- Antelme, R. (1996). La especie humana. (T. Laura Masello). México, D.F: Ediciones Trilce


 ¿Usted considera que aún es necesario o tiene sentido evocar las desgracias de lo que conteció en los campos de concentración?