martes, 16 de febrero de 2016

Meditaciones Metafísicas: Meditación Segunda, De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil de conocer que el cuerpo.


Meditación Segunda 

René Descartes (1596-1650) filósofo francés, físico y  matemático. Considerado el padre de la filosofía moderna; por su famoso "Cogito ergo sum" Pienso, luego existo".

Obras: Tratado del mundo, Meditaciones de la filosofía primera, Las reglas para la dirección del espíritu, Discurso del método, Meditaciones metafísicas, entre otros.
De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil conocer que el cuerpo

¿Qué es un hombre? ¿Diré que es un animal racional? No ciertamente, porque después me sería preciso lo que es animal y lo que es racional, y así una sola cuestión me hará caer insensiblemente en infinitas otras cosas más difíciles y embarazosas; y, a la verdad, no quisiera malgastar el poco tiempo que me queda en tales dificultades. Antes bien me detendré a considerar los pensamientos que nacían antes en mi entendimiento por sí mismo, y me eran inspirados por mi sola naturaleza al aplicarme a la consideración de mi ser. Me consideraba primeramente como dotado de ojos , de manos, de brazos y de toda esta máquina compuesta de carne y de hueso, tal como aparece en un cadáver, la cual designaba por nombre de cuerpo. Consideraba, además, que me alimentaba, que andaba, que sentía y que pensaba y refería todas estas acciones al alma; pero no me paraba a pensar lo que era el alma; o bien, si me paraba, imaginaba  que era una cosa extremadamente rara y sutil, como un viento, una llama, o un aire muy delicado que estaba insinuado y esparcido en mis más groseras partes. Por lo que se refería al cuerpo, no dudaba en modo alguno de su naturaleza, antes bien, pensaba conocer muy distintamente; y si le hubiere querido explicar según las nociones que de él entonces tenía, le hubiera descrito de esta suerte: por cuerpo entiendo todo aquello que puede ser limitado por alguna figura; que puede ser comprendido en algún lugar y llenar un espacio de tal manera, que cualquier otro cuerpo sea de él excluido; que pueda ser sentido , o por el tacto, o por la vista, o por el oído, o por la vista, o por el olfato; que puede ser movido de diversos modos, no a la verdad por sí mismo, sino por algo extraño de que sea tocado y reciba una impresión; porque el poder de moverse por sí mismo, como también el de sentir o de pensar, no creía en modo alguno que perteneciese a la naturaleza del cuerpo; por el contrario, antes bien hubiérame extrañado que semejantes facultades encontraba en algunos. (2009, p. 90-91).

No obstante, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900), en su texto Así habló Zaratustra, en su acápite de Los que desprecian el cuerpo , afirma que: 

A los despreciadores del cuerpo quiero decirles mi palabra. No deben aprender ni enseñar otras doctrinas; sino tan sólo decir adiós a su propio cuerpo - Y así enmudecer "Cuerpo soy yo y alma"- así hablaba el niño. ¿Y por qué no hablar como los niños? Pero el despierto, el sapiente dice: cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa; y alma es sólo una palabra para designar algo en el cuerpo.
El cuerpo es una gran razón, es una pluralidad dotada de un único sentido, una guerra y una paz, un rebaño y un pastor. 
Instrumento de tu cuerpo es también tu pequeña razón, hermano mío, a la que llamas "espíritu", un pequeño instrumento y un pequeño juguete de tu gran razón. 
Dices "yo " y estás orgulloso de esa palabra. Pero esa cosa aún más grande, en la que no quieres creer,- tu cuerpo y su gran razón: ésa no dice yo pero hace yo. 
Lo que el sentido siente, lo que el espíritu conoce, eso nunca tiene dentro de sí su final. Pero sentido y espíritu querrían persuadirte de que ellos son el final de todas las cosas: tan vanidosos son. 
Instrumentos y juguetes son el sentido y el espíritu: tras ellos se encuentra todavía el sí -mismo. El sí -mismo busca también con los ojos de los sentidos, escucha también con los oídos del espíritu.
El sí - mismo escucha siempre y busca siempre: compara, subyuga, conquista y destruye. El sí - mismo domina y es el dominador también del yo.
Detrás de  tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido- llámese sí - mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo.
Hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría ¿Y quién sabe para qué necesita tu cuerpo, precisamente tu mejor sabiduría?
Tú sí - mismo se ríe de tu yo y de tus orgullosos saltos. "¿Qué son para mí esos saltos y esos vuelos de pensamiento? se dice. Un rodeo hacía mi meta. Yo soy las andaderas del yo y el apuntador de sus conceptos ".
El sí - mismo dice al yo "¡siente placer aquí!" y el yo se alegra y reflexiona sobre cómo seguir gozando  a menudo - y justo para ello debe pensar.
A los despreciadores del cuerpo quiero decirles una palabra. Su despreciar constituye su apreciar ¿Qué es lo que creo  el apreciar y el despreciar y el valor y la voluntad? El sí- mismo creador  se creó para sí el apreciar y el despreciar, se creó para sí el placer y el dolor. El cuerpo creador se creó para sí el espíritu como una mano de su voluntad.
Incluso en nuestra tontería y en vuestro desprecio, despreciadores del cuerpo, servís a vuestro sí- mismo. Yo os digo: vuestro sí - mismo quiere morir y se aparta de la vida.
Ya no es capaz de hacer lo que más quiere: crear por encima de sí. Eso es lo que más quiere: crear por encima de sí. Eso es lo que más quiere, ése es todo su ardiente deseo.
Para hacer esto, sin embargo, ya es demasiado tarde para él: Por eso vuestro sí- mismo quiere hundirse en su ocaso, despreciadores del cuerpo.
¡Hundirse en su ocaso quiere vuestro sí- mismo, y por eso os convertís vosotros en despreciadores del cuerpo!Pues ya no sois capaces de crear por encima de vosotros.
Y por eso os enojáis ahora contra la vida y contra la tierra. Una inconsciente envidia hay en la oblicua mirada de vuestro desprecio.
¡Yo  no voy por vuestro camino despreciadores del cuerpo!
¡Vosotros no sois para mí un puente hacia el superhombre!- Así habló Zaratustra  (2003, p. 64-66) 


- Descartes, R. (2009). Meditaciones metafísicas. Madrid, España: Alianza
- Nietzsche, F. (2003). Así habló Zaratustra. Madrid, España: Alianza

 ¿Cuál es la crítica que hace Nietzsche a Descartes? ¿Consideras que el exceso de razón a lo largo de la historia ha traído situaciones nefastas para el ser humano? argumenta tu respuesta.