Franz Kafka (1883-1924) fue un escritor Checo en lengua alemana, aprendió yidis, checo, hebreo, italiano y francés. Inicio estudios universitarios en Química, Germanística e Historia del Arte, luego obtiene el título de doctor en Derecho. Su obra llega en contra de su voluntad; puesto que había ordenado a su mejor amigo Max Brod quemar todos sus manuscritos. Kafka es considerado como uno de los más grandes escritores del siglo XX.
Obras: El proceso, El castillo, América, La metamorfosis, Un médico rural, En la colonia penitenciaria, Un artísta del hambre, Informe para una academia, Preocupaciones de un padre de familia, entre otros.
Comunidad
Somos cinco amigos, hemos salido uno detrás del otro de una casa; el primero salió y se colocó junto a la puerta; luego salió el segundo, o mejor se deslizó tan ligero como una bolita de mercurio, y se situó fuera de la puerta y no muy lejos del primero; luego salió el tercero, el cuarto y, por último el quinto. Al final formábamos una fila. La gente se fijó en nosotros, nos señalaron y dijeron: " Los cinco acaban de salir de esa casa". Desde aquella vez vivimos juntos.
Sería una vida pacífica, si no se inmiscuyera continuamente un sexto. No nos hace nada, pero nos molesta, lo que es suficiente. ¿Por qué quiere meterse donde nadie lo quiere? No lo conocemos y tampoco queremos acogerlo entre nosotros. Si bien es cierto que nosotros cinco tampoco nos conocíamos con anterioridad y, si se quiere, tampoco ahora, lo que es posible y tolerado entre cinco, no es posible ni tolerado en relación con un sexto. Además, somos cinco y no queremos ser seis. Y qué sentido tendría ese continuo estar juntos. Tampoco entre nosotros cinco tiene sentido, pero, bien, ya estamos juntos y así permanecemos, pero no queremos una nueva unión, y precisamente a causa de nuestras experiencias. ¿Cómo se le podría enseñar todo al sexto? Largas explicaciones significarían ya casi un a acogida tácita en el grupo. Así, preferimos no aclarar nada y no le acogemos. Si quiere abrir el pico, lo echaremos a codazos, pero si insistimos en echarlo, regresa (1996, p. 154).
Somos cinco amigos, hemos salido uno detrás del otro de una casa; el primero salió y se colocó junto a la puerta; luego salió el segundo, o mejor se deslizó tan ligero como una bolita de mercurio, y se situó fuera de la puerta y no muy lejos del primero; luego salió el tercero, el cuarto y, por último el quinto. Al final formábamos una fila. La gente se fijó en nosotros, nos señalaron y dijeron: " Los cinco acaban de salir de esa casa". Desde aquella vez vivimos juntos.
Sería una vida pacífica, si no se inmiscuyera continuamente un sexto. No nos hace nada, pero nos molesta, lo que es suficiente. ¿Por qué quiere meterse donde nadie lo quiere? No lo conocemos y tampoco queremos acogerlo entre nosotros. Si bien es cierto que nosotros cinco tampoco nos conocíamos con anterioridad y, si se quiere, tampoco ahora, lo que es posible y tolerado entre cinco, no es posible ni tolerado en relación con un sexto. Además, somos cinco y no queremos ser seis. Y qué sentido tendría ese continuo estar juntos. Tampoco entre nosotros cinco tiene sentido, pero, bien, ya estamos juntos y así permanecemos, pero no queremos una nueva unión, y precisamente a causa de nuestras experiencias. ¿Cómo se le podría enseñar todo al sexto? Largas explicaciones significarían ya casi un a acogida tácita en el grupo. Así, preferimos no aclarar nada y no le acogemos. Si quiere abrir el pico, lo echaremos a codazos, pero si insistimos en echarlo, regresa (1996, p. 154).
El escritor italiano Giorgio Agamben (1942-) en su texto Homo Sacer, el poder soberano y la nuda vida, hace una ardua investigación desde la política, la filosofía y a lo que ha llegado el ser humano después de la segunda guerra mundial, en términos de biopolítica; el autor extrae dos conclusiones pertinentes para el análisis de la "Comunidad" de Kafka:
Primero: La relación política originaria es el bando (el estado de excepción como zona de indistinción entre exterior e interior, exclusión e inclusión) la primera de esta tesis vuelve a poner entredicho cualquier teoría del origen contractual del poder estatal y, al mismo tiempo, toda posibilidad de colocar en la base de las comunidades políticas algo que tenga que ver con una "pertenencia" (sea cual fuere la identidad: popular, nacional, religiosa o de cualquier otra índole en que se funde) la segunda: El campo de concentración y no la ciudad es hoy el paradigma biopolítico de occidente, arroja una sombra siniestra sobre los modelos mediante los cuales las ciencias humanas , la sociología, la urbanística y la arquitectura tratan de organizar y de pensar el espacio público de las ciudades del mundo, sin tener una clara consciencia de que en su centro (aunque transformada y más humana en apariencia) esta todavía aquella nuda vida que definía la política de los grandes estados totalitarios del siglo veinte (1998, p. 230-231).
- Kafka, F (1996) Relatos completos II. Buenos Aires, Argentina: Losada.
- Agamben, G. (1998). Homo Sacer, el poder soberano y la nuda vida. (G, Cuspinera, Trd. ). Barcelona, España: Pre-textos
¿Crees qué en nuestra época aún sigue vigente la exclusión del otro?